La hemorragia digestiva o sangrado digestivo es una emergencia médica frecuente que se asocia a una considerable morbilidad y mortalidad. En los últimos años se han producido importantes avances en el manejo de la misma, que han permitido disminuir la recidiva hemorrágica y la mortalidad en estos pacientes. Los puntos clave en el manejo son el adecuado manejo hemodinámico del paciente, la incorporación de los inhibidores de la bomba de protones (los vulgarmente conocidos como protectores gástricos y el tratamiento endoscópico de las lesiones con alto riesgo.
El tratamiento hemostático endoscópico se ha demostrado que mejora los resultados clínicos en distintas situaciones de sangrado gastrointestinal. Entre los distintos métodos establecidos se incluyen la terapia de inyección de distintas sustancias para conseguir el cese del sangrado, ablación térmica (por ejemplo, la electrocoagulación bipolar y argón plasma) y la aplicación de los dispositivos mecánicos (por ejemplo, clips y ligadura de bandas, que actuarían de forma similar a realizar un nudo en el vaso sanguíneo roto). Aunque estas modalidades por lo general son efectivas para el control de la hemorragia gastrointestinal, hay casos en los que el éxito puede ser difícil de lograr debido a características de la lesión, medidas y/o ubicación de la misma. Por este motivo, se han incorporado nuevos dispositivos endoscópicos y adaptación innovadora de las técnicas existentes y tecnologías para solventar esta situación cuando no es posible parar el sangrado con los métodos tradicionales.
convirtiéndose en modalidades alternativas para el control primario del sangrado o cuando el mismo es refractario o no susceptible a la terapia endoscópica estándar.
Las nuevas terapias endoscópicas para el sangrado digestivo las podríamos agrupar en tres grupos:
FIGURA 1.- Sistema de sutura APOLLO
FIGURA 2.- Sistema de pulverización de Hemospray
FIGURA 3.- Clip metálico de cierre habitual
FIGURA 4.- Sistema de cierre mecánico de sobreclip OVESCO